ADMINISTRACIÓN
En
nuestro ramo esta función adquiere unas connotaciones extras, que se
complementan con las ya inherentes a la estricta dedicación contable.
Por
supuesto, ellos son los que extraen el vaso de lo que se puede hacer, de la piscina
que llenamos con aquello que queremos hacer, como en todas las compañías. Aíslan
todo aquello posible de lo inalcanzable, aunque desde la acera de enfrente los queramos
entender como trastornados socio-compulsivos de planes ajenos (siempre hay
presupuesto para folios). Empleados inasequibles al desaliento negacionista.
En
restauración, esta “cualidad” no deja de ser un ingrediente más que añadir al
cocktail que habremos de mezclar y no agitar (luego lo explico, al igual que lo
haría JAMES BOND). Realmente, y aunque no deja de ser una parte importante de
nuestro brebaje, no creo que represente mas allá de un escaso 20%. El motivo no
es otro que el empeño, difícil de explicar, que se tiene por el irrefrenable deseo de compaginar esta especialidad con la cualidad innata que se requiere para la atención al
público. Es obvio que el aprendizaje de los conocimientos que se precisan para
el desempeño de la contabilidad y administración de empresas, están, con mayor
o menor esfuerzo, a disposición y alcance de cualquier hijo de vecino, sin
menoscabo del gremio administrativo, pues dicha accesibilidad no quiere decir
que todos lleguen a su culminación y dominio. Pero la neurona del trato
personal no se haya, desgraciadamente, en el adn de la totalidad de la raza
humana. Si lo tuviera que definir, lo intentaría diseccionando, particionandola
en diversas subcategorías y las fusionaría en medidas porcentuales con carácter
aproximado, pues, aunque en conjunto formarían un todo indisoluble, la carencia
parcial de alguno de los componentes no arruina totalmente la fórmula, si se
dispone de un plus de algún otro, al ser estos complementarios entre ellos, en
la misma manera que indispensables lo son por sí solos. Os hago sabedores de la
formula en cuestión…
- Conocimientos del medio
- Cultura
- Carisma
- Elocuencia
- Simpatía
- Gracia (comedida y controlada)
Conocimiento del medio
No conviene en ningún ámbito de
la vida proponer/aconsejar/manejar, nada desconocido o sin conocer su futuro
evolutivo. Me podría remitir al cangrejo americano, el mejillón cebra, o a mi
compañero Raúl, pero me ceñiré a lo que nos atañe.
Desde el minuto uno, hemos de
ser asesores de nuestros clientes en todo tipo de eventos, y no solo en lo
concerniente a lo que gastronómicamente se refiere, sino también a todo aquello
que lo rodea, ritos, costumbres, manías y errores. Dicho conocimiento,
fundamentarán las bases de la confianza de la que nos harán ángeles custodios y
que tendremos que defender con el respeto que merece todo aquello que se ha de
devolver, y para ello la documentación y la experiencia son condimentos
esenciales para dicho propósito.
Cultura
A todo el público, en algún
momento de nuestra relación contractual, le gustará hablar de sí mismo o sus
vivencias. Si los platos que le ofrecemos son de tal o cual zona geográfica y
su procedencia o el contexto de su nacimiento. También es común acabar hablando
del país que van a visitar en su luna de miel, y no es decoroso asociar la
ribera Maya a la cultura Inca, ayuda ser admirador de todo y forofo de nada.
A
EVITAR: Futbol, Política y Prensa amarilla
(nunca se sabe donde habita un “follower”.
Carisma
Necesitamos dosis justas de ego,
amor propio y fe en nosotros mi mismos. La seguridad en lo expuesto frente a
nuestros interlocutores, hará aportarles el punto de veracidad a aquello que
queramos vender. Titubeos, desconocimiento o mala argumentación, pueden dar al
traste con la encomienda.
A veces los comensales no
quieren aprender lo que les gusta, les basta con pensar que tú lo sabes.
Alguien a quien creer es lo que se busca en un profesional de la restauración,
y eso implica la ausencia de errores y/o rectificación de los mismos antes del
precipicio.
Elocuencia
Siempre
existe mas de una manera de vestir las palabras y siempre hay una concreta y
adaptada al momento y lugar. Es condición “sine qua non” conocer cuantas más
mejor , pues no es elegante repetir vestido.
Simpatía
Aquí no nos vamos a extender,
tan solo decir que –Simpático es, un nervio, y “un servidor” a sí que, como una
imagen vale mas que mil palabras, os espero por “la hacienda de los santos” y podréis de
disfrutar de la simpatía que vierto por los poros de mi cuerpo (a ver que día
vais a venir).
Gracia
Los clientes habitualmente no
van a un restaurante a llorar, ni discutir, ni a pasar un mal rato. En contra
de lo que siempre se a creído, las bromas, los chistes, o comentarios jocosos
no están prohibidos. Se suele confundir la restauración con la mayordomía, que
quizás si implique un rictus mas respetuoso y distante. Pero eso sí comedidos y
controlados, por supuesto lo poco aburre y lo mucho cansa, aquí las bromas han
de ser como las piezas de un puzle, se han de poner solo donde encajen, sin
forzar, sin obligar, pues podríamos desvirtuar el resultado final.
Todos estos ingredientes los
habríamos de verter en un balde lo suficientemente grande para que pueda caber
la cantidad necesaria para los años que tengamos pensado dedicarnos a esto, y
si ello fuere posible con una holgura que nos permita verter ese poco mas que
nos permita beber de el durante nuestra vida privada, ya que además de ser lo
que somos, también conviene parecerlo.
Una vez tengamos este cubo lleno
hasta el borde, procederemos a conseguir otro con el doble de capacidad y que
llenaremos hasta su mitad con el último y mas importantes de los componentes:
- Empatía
La empatía , será aquello que nos
quede cuando todo lo demás nos falte. El trato de igual a igual, el estudio
previo de nuestros clientes y la comprensión de la, a veces exacerbada, preocupación
por cosas que a nuestros ojos pueden parecer tan nimias que incluso nos pueden resultar
graciosas. Pero a ellos no, hemos de ser conscientes de que quien decide
preparar un evento para sus seres queridos, llámese boda, comunión, bautizo, o
barbacoa en el patio de su casa, pasará la mayor parte del tiempo hasta que éste finalice, preocupado por cosas que nunca
llegarán a suceder, nosotros sabemos que así será, que esas circunstancias no
se darán. Pero ellos no. No necesitan saberlo. Para eso debemos estar. ¿Para
eso nos pagan? “Onnnn”. Error. Para eso somos lo que somos.
P.D. El motivo de mezclar pero no
agitar, es con la finalidad de poder tirar del hilo de cada uno de los aditivos
en función de la necesidad que nos exija cada circunstancia o cliente. Poder
formar distintas formas con las mismas piezas. Por momentos se nos exigirá mas
humor que cultura o viceversa. Si
agitamos la mezcla en exceso, podríamos perder los extremos e incluso enredarlos,
cual ovillo de hilo fino.
- Fuente Wikijuan.
- No intentar consumir si se tiene sospecha de ser alérgico.
- Manténgase alejado este dosier de personas con síndrome prepotente.
- Moraleja: Si no has nacido para esto, ya lo sabes.
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